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La triste historia de Sakura

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La triste historia de Sakura Empty La triste historia de Sakura

Mensaje por .Clover. Sáb Mayo 17, 2014 10:16 pm

Este fue el primer fic que escribí. Lo comparto con ustedes acá. 

ADVERTENCIA: Es Anti-SasuSaku. Si te gusta esa pareja, no te conviene leerlo.

La triste historia de Sakura

Erase una vez una joven niñita de unos  quince años llamada Sakura Haruno. Era una atlética jovencita de cabellos rosados muy  inteligente, amable.. a veces un poco alocada e irascible, pero de buen corazón. Sakura vivía en un pequeño pueblo rural en donde todos se conocían. Tenía muchos amigos que la apreciaban y admiraban mucho. Era buena deportista y alumna ejemplar. Sus padres eran muy estrictos, pero a ella no le importaba demasiado, sabía que todo lo que le decían era por amor, por eso se esforzaba mucho en hacerlos sentir orgullosos de tenerla como su hija.

Como toda quinceañera que se debate entre el mundo fantasioso e ideal de la niñez y las exquisitas primeras experiencias como mujer, Sakura soñaba con un día conocer la rica e inolvidable sensación del primer amor. Todas las noches, antes de dormir, imaginaba detalladamente quien sería su príncipe azul. Lo imaginaba moreno y de ojos afilados, con rostro apuesto y perfecto; imaginaba un muchacho tan agraciado y angelical que algunas veces era confundido con un actor de cine y otras veces despertaba la envidia de todas sus amigas. Lo imaginaba fuerte y gallardo, dispuesto en todo momento a cuidar de ella no importase qué. Lo imaginaba alegre y siempre dispuesto a levantar sus ánimos y a apoyarla cuando las cosas se pusieran difíciles. Y así Sakura soñaba y soñaba, imaginaba, e idealizaba hasta que se quedaba dormida. 

La vida de Sakrua transcurrió sin sobresaltos hasta que un buen día de verano, en el pequeño pueblo donde vivía se armó un gran revuelo. Una nueva familia se unía a las pocas que residían en la localidad. Sakura, como todos los demás habitantes del pueblo, no tardó mucho en enterarse de la novedad. Los rumores volaban como el viento en la pequeña población, de modo que en poco tiempo todos estaban enterados de la identidad de los flamantes nuevos miembros del pueblito. Mucho menos se tardó en saber que en la familia había dos hermanos varones, uno de ellos, de aproximadamente la edad de Sakura. Un muchacho por el cual que la mayoría de las chicas del pueblo, Sakura incluida, tardaron en suspirar lo que tarda una lluvia de verano.

"Es tan apuesto" decía una de las amigas de Sakura, "Es un sueño hecho realidad" acotaba la otra. Y todas suspiraban al unísono, derretidas ante la ilusión de ser las que robaran el corazón del chico nuevo. "La semana pasada me abrió la puerta del almacén y me sonrió, casi me desmayo" infirió una de ellas y todas acordaron en que el muchacho era todo un caballero. “El otro día lo vi comprando flores” confesó la más joven y todas llegaron a la conclusión de que el chico era un romántico incurable. “Ayer lo vi caminando y riendo alegremente” dijo alguien más y no hubo en el grupo ninguna que dudase que el chico fuera una persona de lo más alegre y animada. Fue entonces que  Sakura, a pesar de que solo lo había visto de lejos, supo que él era el chico con el que tanto soñó. 

Al principio a Sakura le costó mucho entablar una relación con él. Cuando lograba acercarse casi lo suficiente como para entablar una conversación, el jovencito inmediatamente se alejaba en dirección opuesta a ella con una mueca indescifrable en su cara. Sakura supuso que él la evitaba por timidez, por lo que se convenció  que su primera conversación se daría solo si ella era lo suficientemente astuta como para aproximarse a él sin ser vista. Poco tardó en descubrir que, incluso arrimándose a su objetivo lo más sigilosamente que su persona le permitía, de alguna u otra forma, su misión siempre fallaba. Muchas veces el muchacho descubría sus intenciones y huía disimulada pero efectivamente, o en otros casos, su furtiva tarea era interrumpida por alguna de sus celosas amigas. Después de todo, todas querían estar cerca del nuevo chico, por eso la competencia por hablarle era extrema y ninguna de las chicas del pueblo permitiría ser a la otra la que se quedara con la gloria.

A raíz de todo esto, Sakura se irritaba más seguido con sus amigas y sus amigas con ella. La competencia por ganar la atención del nuevo provocaba rencor, suspicacias y envidia entre ellas. Las pelas, los desprecios, el juego sucio y los engaños se convirtieron en monedas corrientes  entre Sakura y sus pares femeninos. Amistades de toda la vida se desgastaron y debilitaron, roídas por el fervor de la batalla, terminaron por destruirse definitivamente.

Una vez sola y aislada, Sakura permanecía mucho tiempo en su casa pensando en la vida feliz y realizada que tendría junto a este misterioso joven. Estaba segura de que el sacrificio de sus  amistades era algo necesario para alcanzar la verdadera felicidad. Después de todo, una vez que consiguiera a su príncipe azul ¿Para qué iba a necesitarlas? Ellas solo traerían problemas en su relación. Sin dudas intentarían quedarse con SU novio, o la envidiarían y odiarían por tener algo tan valioso para sí sola. Sakura se convenció a sí misma de que no las necesitaba. Estaba segura de que solamente precisaba una sola cosa para ser feliz y esa cosa era el amor de ese chico soñado. Quien interfiriera en su relación con él, interfería en su felicidad.

Pero el camino a la felicidad sin dudas le resultó difícil el tiempo que siguió. Al ser rechazada por su amor, Sakura se sentía indeseada e imperfecta. Cada vez que el muchacho volteaba la mirada, indiferente a su existencia, Sakura sentía que su corazón se rompía en mil pedazos. “ Y para que no lo haga” lo excusaba la nueva adolescente. Desde que el joven era parte de su vida, Sakura  había descubierto en sí defectos y fallas que antes no había advertido. Fallas que, según ella, eran las responsables de mantener a su príncipe alejado y distante. “¿Cómo va a mirarme si estoy hasta los huesos?” se reprochaba frente al espejo una y otra vez. “¿Cómo se va a enamorar de mí con este cabello descuidado, con estas ropas pasadas de moda?” se quejaba. “¿Qué clase de hombre se sentiría orgulloso de estar con una mujer con una frente tan anormalmente grande”? mustiaba para, acto seguido, estallar en llanto.

Cada día que pasaba, Sakura se descubría una nueva falla. Pero lejos de desalentarse por ellas, buscaba la forma de mejorarlas, de perfeccionarlsa hasta el punto que desapareciesen. Sakura comenzó a hacer mucho ejercicio y dieta estricta para conseguir el cuerpo perfecto. Comenzó a dedicar muchas horas a cuidar de su cabello y gastó todos sus ahorros,  sumado al dinero que pudo conseguir de sus padres y abuelos, para comprarse ropa de última moda que resaltase sus virtudes. Sakura estaba convencida de que si lograba corregir todos los desperfectos con los que la madre naturaleza la había castigado, el chico de sus sueños finalmente la miraría y se enamoraría perdidamente de ella.  

Pero no solo se trataba de corregir los defectos físicos, no, Sakura también comenzó a comportarse de forma diferente con el único objetivo de resultarle agradable al chico nuevo. Sólo se reía cuando consideraba que era correcto reírse y eso era cuando el muchacho lo decidía. Si la cuestión a él no le parecía graciosa, Sakura era la primera en elevar la voz y criticar la acción que causó gracia a los demás. Sakura solo opinaba si sabía que su opinión coincidía con la de él, si creía que el joven no estaba de acuerdo con algo, ella criticaba severamente ese algo. Y Sakura solo hablaba con las personas que a su vista eran aceptadas por él, si ella consideraba que al chico alguien no le caía bien, ese alguien era automáticamente dejado de lado y despreciado por ella. 

Y así transcurrió un año de cambios y perfeccionamientos para Sakura. La niñita que una vez fue quedó atrás dando como resultado a una adolescente completamente infeliz. Sakura había cambiado tanto que hasta su madre juraba ya no conocerla. Por un lado eran cambios buenos, ya que a la impresión de Sakura, los chicos la miraban más y las otras chicas envidiaban su belleza. Pero por otro lado todo su sacrificio no había servido de nada con aquel amor indiferente e inalcanzable, que a esa altura, Sakura ya estaba considerando imposible. El chico de sus sueños seguía sin hablarle, sin mirarla, sin reconocer su existencia.

Sakura casi tira la toalla de no ser porque, en el primer día de clases del año, descubrió a la persona más deseada por ella sentado en su misma clase. Sakura se convenció de que esa era una prueba de que el destino los quería juntos. Lograr un asiento junto a su amado fue sencillo comparado con lo que había pasado por él hasta el momento. Sakura estaba decidida y nadie, absolutamente nadie, la detendría. Fue durante una hora libre cuando finalmente hizo contacto con él.

Te llamas Sasuke  Uchiha ¿Verdad?” Preguntó tímida y al no recibir respuesta alguna de su par, continuó  hablando “Sé que eres nuevo en esta escuela, pero nos conocemos; más bien te conozco hace bastante… digo, somos vecinos, nos hemos cruzado muchas veces” rio tontamente y pensó para sí lo estúpida que había sonado.

Pero Sasuke sólo murmuró algo inentendible para Sakura y continuó con su vista fija en la nada. Siquiera se molestó en mirarla, de todas formas Sakura continuó  hablando “Sabes, si quieres después puedo mostrarte la escuela. O podemos juntarnos a hablar sobre la clase de hoy ¿Qué te parece? Ponernos al día”. Antes de que Sakura pudiera seguir con su monologo, Sasuke emitió un seco “No, gracias” y, sin mirarla, abandonó la clase en cuanto el timbre de salida sonó, dejando a la chica de cabellos rosados con las palabras atragantadas. Sakura sintió la rudeza del acto del muchacho, pero pensó para sí que no importaba, tenía todo el año para lograr que el chico finalmente se enamorase de ella.

Los meses pasaron sin avance alguno en la relación. A veces Sasuke tenía lo que Sakura denominó “días buenos”. En ellos el chico contestaba alguna de sus preguntas e incluso a veces la miraba a la cara cuando hablaba… El mayor avance se dio cuando Sasuke admitió que ella era muy buena en matemáticas, sintiendo su elogio como el mayor logro de su vida, ese día Sakura fue más que feliz.  Sin embargo, muchos más numerosos eran los que Sakura tristemente llamó “días imposibles”. En ellos Sasuke parecía un ente, comportándose como si fuera la única persona en la habitación y nadie más existiera. A veces Sakura notaba una mirada llena de odio en su rostro de tal intensidad que incluso sus ganas de acercarse a él se veían aplacadas. Otras veces Sasuke se ponía irascible. Todo le molestaba y reaccionaba con una agresividad desmedida ante la mínima provocación. En numerosas ocasiones el Uchiha decía cosas incoherentes como que toda la clase se reía de él y lo humillaba, o comenzaba a reír sin motivo alguno, perturbando a todos en la habitación en donde estaba, inclusive a Sakura. 

Sasuke hablaba mucho de venganza, Sakura no estaba muy segura de a qué venganza se refería, ni contra quién, pero era un tema constante en su compañero de clase. Sasuke era enigmático y hablaba poco, pero si hay algo que le quedaba claro a Sakura, era que el chico tenía mucho rencor en su interior y estaba ansioso por sacárselo de encima. 

A mitad de año Sasuke comenzó a faltar muy seguido a clase, hasta que hubo un tiempo en el que dejó de asistir. Los rumores decían que estaba muy delicado de salud, por eso se quedaba en su casa o viajaba a un hospital cercano al pueblo a tratarse. Sakura se preocupaba mucho por él, a veces no dormía pensando en la salud del muchacho. Cuando sabía que Sasuke estaba en su casa, le llevaba cestos con fruta fresca que cosechaba su padre o flores para alegrarlo, pero generalmente el moreno rechazaba sus visitas y sus obsequios o reaccionaba ante ellos con total indiferencia.

Una buena tarde Sakura visitó a Sasuke para llevarle las manzanas frescas que su padre había cultivado en su granja y de paso para alcanzarle la tarea. Cuando Sakura entró a la habitación del Uchiha lo halló sereno, recostado en su cama con la mirada perdida al vacío como muchas otras veces. Sasuke podía permanecer horas y hasta días en esa posición. Perdido en su mundo interno sin siquiera reaccionar ante la presencia de la gente que lo rodeaba o entraba y salía de la habitación.  Para ese entonces Sakura iba muy seguido a su casa y se quedaba largas horas a su lado haciéndole compañía. No había nada más importante para ella que ayudarlo. 

Aquel día en específico Sakura se hallaba pelando jugosas manzanas junto a la cama de Sasuke. Cuando el moreno saliera de su estado de catatonía, seguramente se le apetecerían. Estaba muy flaco y descuidado. Sakura debía esforzarse mucho para cuidar de él, seguramente algún día el muchacho se lo agradecería cálidamente.

Sakura estaba sumida en sus pensamientos cuando Sasuke murmuró desapasionadamente, más para sí que para el resto  “Se ríen de mí, todos se rien…”. Sakura sorprendida ante la afirmación le  preguntó a este a quienes se refería, pero Sasuke no le contestó. Siguió con la mirada perdida, repitiendo la misma frase varias veces. Sakura llamó nuevamente a Sasuke, pero nada sacaba del ensimismamiento al muchacho. Finalmente Sakura se decidió por tocar el hombro de Sasuke para llamar su atención, pero en cuanto lo hizo, el Uchiha reaccionó con tal violencia que Sakura no tuvo tiempo de reaccionar. 

El leve murmullo se transformó en gritos que ensordecieron a toda la casa. Sasuke lanzó de un manotazo el plato de manzanas de Sakura que se estrelló contra una pared y se rompió en mil pedazos, saltó sobre ella y la derribó. Una vez en el suelo aprisionó su cuello entre sus manos y comenzó a asfixiarla mientras repetía a gritos que ella era una de las que se burlaba de  él. Que se vengaría de ella y de todos los que contribuyeron a su desgracia. 

Sakura estaba perdiendo el conocimiento cuando el hermano y el padre de Sasuke entraron a la habitación y le quitaron al joven de encima suyo. Sakura estaba más que asustada  y conmocionada. Lloraba mientras veía como Sasuke era difícilmente controlado por los dos hombres y atado a la cama mientras se retorcía, gritaba y reía a carcajadas ante la dulce idea de ver concretada su venganza contra el mundo. Sakura abandonó la casa en un total estado de pánico. Incluso desde la calle se podían oír los gritos y las carcajadas del muchacho.

Luego de ese incidente, Sakura dejó de visitar a Sasuke por un tiempo. Sin embargo sus ansias de ver concretadas sus fantasías llevaron a hacerla tener nuevamente la esperanza de encontrar en la persona que ella había elegido como compañero de vida, al hombre con el que siempre había soñado. Sakura aún estaba asustada por lo que había pasado antes, pero estaba convencida de que lo que Sasuke le despertaba era verdadero amor y que solo había una oportunidad en la vida de conseguir lo que se proponía. 

Hacía un mes que Sakura no visitaba a Sasuke cuando decidió que llevarle la tarea de la semana era una buena excusa para visitarlo. Inconscientemente se despidió de sus padres con un beso y un abrazo, algo que no hacía muy seguido y partió hacia la casa de su compañero de escuela con la incómoda sensación de que algo malo iba a pasar ese día. En el camino se cruzó con varias de sus ex amigas y las saludo como no lo había hecho en mucho tiempo, por primera vez desde que Sasuke se había mudado al pueblo, no se sentía enojada con ellas. Al contrario, sintió nostalgia y una sensación de cariño y apego que hacía tiempo que había olvidado como se sentía. Se quedó hablando un rato, desando que el instante con ellas durara para siempre, pero su consciencia le recordó que tenía una misión. 

Cuando llegó a la casa de Sasuke se detuvo en el pórtico. Tenía el estómago revuelto de los nervios y la incertidumbre de no saber si hallaría a su amado en un estado medianamente civilizado. Tocó la puerta y nadie atendió. Forzó la manija para descubir la puerta esta estaba abierta. Ingresó a la casa y llamó a la madre de Sasuke. Nadie contestó. Avanzó unos pasos hacia el interior de la casa cuando una voz divertida la llamó desde la oscura cima de las escaleras. Quien llamaba se ocultaba en las sombras, pero Sakura reconoció que indudablemente la voz pertenecía a Sasuke. 

Sakura se tomó su tiempo para subir, desconcertada por lo que podría encontrarse cuando llegase al segundo piso. Sasuke insistía con su llamada, su voz sonaba divertida, alegre.. pero a la vez perturbadora.  Cuando Sakura estaba por llegar a la planta alta, Sasuke sin dejarse ver corrió a su habitación y desde allí volvió a llamarla. Debatiéndose entre ir o no, invadida por el miedo, Sakura tomó coraje y entró en el cuarto de Sasuke, tras de sí la puerta se cerró. Dejandola a ella a solas con el joven muchacho.

Sakura jamás volvería a salir de de esa habitación.

Unos días después en el pueblo y sus alrededores fue noticia una desgracia. Una muchacha de unos dieciséis años y cabello rosado había sido asesinada y descuartizada por un joven de la localidad al que ella conocía. La chica había sido amarrada y torturada varias horas antes de morir producto a un profundo corte en su garganta. El muchacho que le dio muerte padecía esquizofrenia y había dejado el tratamiento por negligencia de sus padres. Estos se hallaban fuera de la casa cuando todo sucedió. Visitaban a su hijo mayor que acababa de mudarse a una ciudad vecina con su novia. Todos los amigos y familiares de la víctima se reunieron para dar el adiós a la joven mujer que soñaba con encontrar el amor. Todos lloraron su muerte, hasta que finalmente, su historia quedó en el olvido.

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La triste historia de Sakura Empty Re: La triste historia de Sakura

Mensaje por MrRayney Sáb Mayo 17, 2014 11:57 pm

Debo decir que esta es una muy buena historia, fue una lectura entretenida y realista, me gusto la actitud de Sakura algo de la primera temporada, algo de la segunda parte pero sin madurar mucho, a pesar del primer incidente donde la atacaron siguio creyendo que era su destino estar con el, a pesar de que claramente se daba indicios de que no era lo mejor pero ella como estaba enamorada, ignoro sus instintos y termino muy mal.

En serio adore leer esto, gracias por compartirlo en el foro.
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